La clase debe incorporar paulatinamente formas de trabajo grupal, que lleven a la formación de equipos de trabajo. Durante estas actividades debe de haber una parcial transferencia del papel dirigente hacia los alumnos, poniendo en juego la responsabilidad.
También se debe tener una rotación de papeles (ejecutante, cuidador, ayudante), tratando que el liderazgo sea distribuido de acuerdo con la capacidad de cada alumno.
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| La variación de tareas debe permitir que exista una rotación en la conducción. |
A través del planteo de problemas y de la elaboración de proyectos se debe involucrar las posibilidades de creación grupal. Cada uno aporta lo mejor de si, resuelto por medio de una autonomía cada vez mayor. Se deben formar grupos de trabajo mixtos (hombres y mujeres), sin discriminar a los alumnos que tengan limitaciones para desarrollar la actividad motriz; evitando la conformación y permanencia de grupos fijos durante largos periodos, únicamente deberán estar unidos durante el tiempo necesario para culminar la actividad.
Para evaluar la capacidad individual y grupal no se debe tomar solo en cuenta el resultado final, sino se debe considerar el aprovechamiento dentro del proceso de trabajo.
La socialización es una parte muy importante en la formación de los adolescentes, porque las vivencias dejan huella profunda en los jóvenes. Su sensibilidad, intereses, afectos y contradicciones entran en juego. Por lo tanto, las vivencias adquieren un carácter formativo.
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